¿Es España un estado plurinacional?

Aprovechando el rol de El Crítico, en el cual he desarrollado una primera iniciación a la cuestión nacional, aprovecho la entrada semanal para ampliar lo descrito en el post anterior.
Antes de afirmar si España es un estado plurinacional, independientemente de que la Constitución así lo reconoce, debemos definir qué es una nación. Una nación es una comunidad humana estable históricamente formada y surgida sobre la base de un idioma propio, un territorio, una psicología de autorreconocimiento como nación, y una cultura manifestada en la propia comunidad.

¿Cumplen con estos requisitos las diferentes regiones que se definen a los cuatro vientos como naciones?

En Euskal Herria, Catalunya -y conjuntamente las islas Baleares y el País Valencià-, Galicia y, en menor medida por la desaparición del idioma autóctono. Es cierto que en las diferentes regiones nos encontramos en la situación en la que coexisten dos lenguas en una comunidad de hablantes (castellano y la lengua autóctona. El castellano ya no se impone (mayoritariamente, habría que analizar cada una de las regiones porque su consideración política cambia) a través de la discriminación política (la vida cotidiana es otro asunto) de la lengua autóctona, teniendo el castellano mayor prestigio social, empleándose en ámbitos o circunstancias diferentes (más familiar una y más formal la otra).
 En cuanto a la cultura más en general, encontramos diferencias evidentes. Desde la gastronomía, las festividades y los instrumentos musicales, hasta deportes, como en Euskal Herria, que existen los barrenadores; se golpean rocas con barras de metal y el propósito es perforar en ellas agujeros, como cuando en la minería se hacía esto para meter en los huecos creados la dinamita y así volar el entorno para explotar la mina. Si bien es cierto que en la modernidad esta cultura esta desapareciendo y siendo sustituida por la cultura de masas, todavía se conservan, sobre todo a nivel de celebración, estas tradiciones que marcan las diferencias entre una comunidad y otra.
A nivel psicológico, de autorreconocimiento de la población de su propia identidad, es evidente, sobre todo en la última década, que ha vuelto a estar en auge, independientemente de las razones. Los movimientos nacionalistas son fuertes en Galicia, Euskal Herria, Catalunya y, en menor medida, en el resto de regiones que se enumeraban en la publicación anterior.
¿Han vivido en estos territorios históricamente?
Si bien no sería necesario que fuesen culturas milenarias, en el caso de las diferentes naciones que se encuadran dentro del estado español la mayoría de las naciones se remontan a siglos de historia. Quizá no han existido como a naciones como tal, pero la cultura está en constante cambio y la propia construcción nacional también. No es un fenómeno que se origine del día a la mañana y tampoco desaparece así de rápido. Las naciones van apareciendo con el tiempo, igual que los Estados se están
en constante transformación, como la propia materia.

En definitiva: independientemente de que se reconozca a nivel jurídico la existencia de diferentes naciones en el seno del Estado español, como por ejemplo en el art. 2 del Título Preliminar de la Constitución española, las naciones existen igualmente a nivel material.
Esta publicación no tiene como fin proponer alternativas de diálogo ni políticas, ni defender o no la independencia. La finalidad era definir que existen materialmente diferentes naciones en el Estado español, sin entrar en cuál debe ser la postura de éstas frente al gobierno de Madrid y viceversa. Comprender que hay diferentes realidades en España es el primer paso para resolver una cuestión que, hasta el día de hoy, se ha tratado de manera conflictiva. Mientras se niegue la existencia de las propias naciones, ya se parte de una posición en la que no hay diálogo posible porque se excluye y se invisibiliza a una de las partes.



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