La mayor mentira de la historia.

Esta semana voy a sacar a la tribuna un tema que puede causar picor a ciertos sectores ''progresistas'' que defienden a capa y espada al Estado de Bienestar y la socialdemocracia como modelos contrarios o reguladores del capitalismo. En principio voy a enlazarlo con algo que parece poco tiene nada que ver. Espero que al final del post se haya entendido la relación existente.



En el capitalismo actual, el sistema se sustenta tanto en las condiciones objetivas -modo de producción, leyes, estructura política- como subjetivas -hegemonía ideológica, estilos de vida-.

Podríamos afirmar que el mundo está dividido en dos bloques: uno imperialista, o colonialista, y otro colonizado. Los estados que antaño desarrollaron el imperialismo tanto en América, como en África y Asia, hoy se definen como baluartes de la democracia, y enarbolan la Carta de Derechos Humanos con orgullo. Sin embargo, ¿podrían presumir de su positiva situación -dentro de lo que cabe- sin la explotación del llamado ''Tercer Mundo''? La respuesta es no.
Básicamente el mundo está dividido en dos, pero no es una simple división de ricos y pobres como afirmaría cualquier análisis simplista. En realidad, a día de hoy, la división se debe sobre todo a una división del trabajo mundial. Sí, el capitalismo, que se desarrolló todavía más gracias a la defensa de la división del trabajo, hoy se sustenta en ella de manera mundial. No es que existan países ricos y pobres, y hasta ahí el análisis, sino que estamos frente a que existen dos bloques en base a: el bloque del Primer Mundo es el bloque del consumo, pero también del desarrollo tecnológico. El bloque del Tercer Mundo es el bloque de la producción.
Como vemos, una mitad del mundo transforma su -SU- materia prima, a costos irrisorios para los magnates propietarios de las empresas, en productos para el Primer Mundo. Si ahora no tenemos minas de carbón, no nos exponemos a determinados gases bajo tierra, nuestros bosques no se deforestan o no se expolian -más todavía- nuestras canteras, es básicamente porque esta explotación de la naturaleza se hace en el Tercer Mundo. La mayor parte de recursos naturales provienen, concretamente, de África.
Y con esto, con el expolio de recursos, no solamente se explotan los naturales, sino también los humanos. A penas quedan ya cadenas de montaje en los países ''desarrollados''. Las que quedan son porque las capas obreras de esos estados las intentan retener a capa y espada porque son su fuente de sustento y porque son resquicios de cuando antaño sí se producía en el Primer Mundo. No obstante, y esto ya nadie puede dudarlo, la mayoría de recursos naturales y de productos no provienen de nuestros propios Estados, sino de Estados ajenos que sobreexplotan a los trabajadores con regulaciones laborales débiles, por no decir inexistentes.

Nuestros gobernantes proponen reformas. Cada partido político, con sus más y sus menos, se atiende a los límites impuestos en base a lo que la sociedad es capaz de permitir o no, pues no olvidemos que en cierta medida los políticos están subordinados al populismo, es decir, a cumplir, al menos en el discurso, con aquello que la sociedad desea.
Muchos se llenan la boca afirmando que el fascismo o el neoliberalismo, cada cual con su alerta, nos acechan, que echarán por la borda el conjunto de reformas que hemos conseguido en esta ''democracia'' durante los últimos cuarenta años. Está muy bien intentar convencer a la población en base al populismo de que nuestros Estados pueden volver a ofrecer servicios públicos, y de que eso es suficiente para detener al capitalismo, pero ¿realmente la socialdemocracia es un método útil para detener al capitalismo?
La respuesta desde mi punto de vista es que no. Si bien es cierto que las condiciones en el último siglo en los países imperialistas ha mejorado -tanto por los servicios públicos como por los propios beneficios conseguidos por colonizar a otros-, lo cierto es que son medidas que se han sustentado en la explotación de otros países. Los trabajos arduos y la destrucción de la naturaleza se han trasladado a otros países lejanos a nosotros.
¡Qué fácil es decir que la socialdemocracia ha mejorado nuestras vidas! Evidentemente que sí, pero en base al expolio de otros. No ha sido la socialdemocracia quien ha defendido la descolonización, por mucho que la ONU se empeñe en decir que sí durante los procesos de los años 60 y 70. Ya no son estados los que colonizan, ya no son Alemania, Portugal o Inglaterra propietarias de las colonias. Ahora son las propias empresas y corporaciones las que controlan esas naciones. En realidad, el Tercer Mundo continúa gobernado por unos pocos, y no son precisamente los elegidos en elecciones democráticas. Continúan sin tener la soberanía de su propio país, la diferencia es que ahora en lugar de ser propiedad de Alemania, por ejemplo, lo son de una corporación mundial.

¿Es la socialdemocracia contraria a esto? Lo dudo, pues ni siquiera resaltan la falta de soberanía de nuestros propios países en las manos de las grandes corporaciones que hoy determinan el destino de nuestras naciones. Por otra parte, sin el imperialismo, la socialdemocracia no podría decir que ahora, supuestamente gracias a ella, aquí, en el Primer Mundo, vivimos mejor. Se les olvida mencionar que existe la otra mitad del mundo, la silenciada, la que verdaderamente lleva la carga del capitalismo a sus espaldas.

Comentarios

  1. Es un muy buena entrada Miguel. Yo pienso que la socialdemocracia es otro instrumento mas del capitalismo para que los trabajadores y obreros piensen que es una alternativa real de cambio y de esta manera el sistema siga como esta. Si que es cierto que la socialdemocracia brindó a la población muchos derechos para crear ese Estado de bienestar. Pero lo hizo por el momento que se estaba viviendo, la Guerra fría. Esa gran "amenaza" que se llamaba el comunismo y que estaba allí obligó a los políticos de aquel entonces a tomar una serie de medidas y dar derechos a la población, porque sino aquellos del otro lado del telón, les comerían el "turrón". Ese sistema de seguridad social que existía en la Unión Soviética sirvió de inspiración a la socialdemocracia occidental. Además pienso que esta izquierda moderada y socialdemocracia es ,en parte, responsable de un auge de la extrema derecha en Europa que no es capaz de hacer frente

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  2. Un placer leerte por aquí, Borja.

    Totalmente de acuerdo contigo, si se desarrolló el Estado de Bienestar en Europa fue para frenar la creciente simpatía de las masas obreras hacia el comunismo, que se había colocado como baluarte de la libertad en la liberación de Europa de los nazis.
    En cuanto a que la socialdemocracia se muestra incapaz para frenar al fascismo, también estoy de acuerdo contigo. No solamente se muestran incapaces, sino que son unos completos incompetentes. Veremos hasta que punto la cosa sigue adelante, pero el panorama pinta demasiado mal.

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  3. Buenas Miquel.
    Estoy de acuerdo contigo en ciertas cosas, el Tercer mundo está muy castigado por las grandes empresas, saqueando sus recursos y eliminando el ecosistema y a la propia población.
    La única manera factible de que esto deje de ocurrir sería educando a dicha población, cosa algo difícil de conseguir, debido a que nadie tiene el más mínimo interés en hacerlo. Para que unos pocos puedan disfrutar de lujos y buena vida, otros deben sufrir y llevar el peso de ese ritmo de vida.
    La solución pues, no es intentar eliminar el Capitalismo, puesto que este ha conseguido una victoria aplastante, sino que es intentar modificarlo a la vez que se cambian la mentalidad de toda la población junto con su educación.

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    1. Buenas tardes, Patricia.

      En primer lugar, como bien dices, plantear la educación de las masas en dichos países es utópico y no es viable porque las instituciones que deberían hacerlo no están interesadas en que ocurra. A parte, que una población reciba educación no implica que desaparezcan las desigualdades sociales.
      En cuanto a la reforma del capitalismo, en la propia publicación indico que el capitalismo sobrevive en base a esta explotación. Sin esa explotación, el propio capitalismo se desmorona, por lo que es imposible plantear que se pueda erradicar la desigualdad dentro del capitalismo cuando el capitalismo se sustenta en ella.

      Un placer leerte por aquí, compañera.

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